Plasencia es una joya monumental enclavada en el norte de Extremadura, a orillas del río Jerte. Fundada en el siglo XII, combina su pasado medieval con una intensa vida cultural y gastronómica. Su casco histórico, rodeado por murallas, está lleno de sorpresas: catedrales, palacios, conventos y plazas que invitan a perderse.
El corazón de la ciudad late entre murallas. Pasear por el casco histórico es encontrarse con siglos de historia en cada esquina: calles empedradas, soportales, casas señoriales y plazas con encanto. Ideal para caminar sin rumbo y dejarse sorprender por sus rincones llenos de vida.
Plasencia tiene el privilegio de contar con dos catedrales unidas. La Catedral Vieja (siglo XIII), de estilo románico con elementos góticos, es famosa por su claustro y su retablo. La Catedral Nueva, iniciada en el siglo XVI, es un ejemplo espectacular del Renacimiento español. El interior impresiona tanto como su fachada plateresca.
Centro neurálgico de la ciudad, perfecta para sentarse en una terraza y ver pasar la vida placentina. Cada martes acoge el tradicional mercado semanal. Desde aquí se puede admirar el Ayuntamiento, con su icónico autómata “Mayorga”, que da las campanadas cada hora.
Las murallas de Plasencia, del siglo XII, rodean el centro histórico. Se conservan tramos importantes y varias puertas, como la Puerta del Sol, la Puerta de Coria o la Puerta de Berrozana, que ofrecen acceso directo al corazón medieval de la ciudad.
Impresionante obra de ingeniería hidráulica del siglo XVI. Aunque no es tan largo como otros en España, sus arcos bien conservados son una postal perfecta. Muy cerca se encuentra un parque ideal para pasear.
Este edificio histórico del siglo XV se ha transformado en uno de los paradores más bonitos de Extremadura. Aunque no te alojes, merece la pena entrar a su claustro o disfrutar de un café en su tranquilo patio interior.
Son dos de las iglesias más antiguas y representativas de Plasencia. San Nicolás destaca por su sobria fachada románica, mientras que San Martín, situada junto a la Plaza Mayor, es muy querida por los locales y alberga interesantes retablos.
El Palacio Episcopal, junto a la Catedral, acoge también el archivo diocesano. Por su parte, el Palacio de los Marqueses de Mirabel, aún habitado, abre en ocasiones para visitas guiadas. Su patio renacentista y su escalinata son impresionantes.
Dos pulmones verdes dentro de la ciudad. El Parque de los Pinos es ideal para visitar con niños y ver pavos reales y patos. El Parque de la Isla, junto al río Jerte, es perfecto para relajarse, hacer picnic o darse un baño en verano.
Ubicado en el antiguo convento de las Clarisas, alberga exposiciones temporales, eventos y actividades culturales. Su arquitectura interior también merece una visita.
Plasencia ofrece alojamientos con encanto, desde antiguos conventos a modernos hoteles en el centro histórico.
Alojarse aquí es viajar en el tiempo. Este impresionante parador ocupa el antiguo convento de Santo Domingo, un edificio del siglo XV situado en pleno centro histórico. Techos abovedados, gruesos muros de piedra, patios silenciosos y claustros con historia crean una atmósfera mágica. Las habitaciones conservan el carácter monumental del edificio, pero están equipadas con todas las comodidades modernas. Dispone además de restaurante propio con cocina regional, bar en el claustro y una pequeña piscina exterior. Ideal para quienes buscan una experiencia única y auténtica.
Ubicado a solo cinco minutos a pie de la Plaza Mayor, este hotel de cuatro estrellas combina ubicación céntrica con servicios modernos. Las habitaciones son espaciosas, luminosas y bien equipadas, con camas cómodas y baños renovados. El hotel cuenta también con restaurante, cafetería, desayuno buffet y recepción 24 horas. Muy valorado por su limpieza, la amabilidad del personal y su buena relación calidad-precio. Perfecto tanto para estancias de negocios como para escapadas turísticas.
Un hotel boutique con alma. Se encuentra en un precioso palacio renacentista del siglo XVI cuidadosamente restaurado, con un patio interior lleno de encanto. Sus habitaciones, decoradas con elegancia y detalles contemporáneos, ofrecen una estancia tranquila y muy cuidada. El hotel cuenta con piscina al aire libre, restaurante gastronómico y servicio de masajes bajo reserva. Es una elección muy apreciada por parejas que buscan un lugar especial donde alojarse en Plasencia.
Una opción económica, práctica y bien ubicada, a escasos minutos a pie del centro histórico. Las habitaciones son sencillas pero limpias, con baño privado, aire acondicionado y wifi gratuito. El trato es cercano y amable, ideal para viajeros que priorizan un buen descanso sin gastar demasiado. Muy recomendado para escapadas de fin de semana o como base para explorar la zona.
La gastronomía placentina es sabrosa, tradicional y basada en productos de calidad como la cereza del Jerte, el cabrito, el queso y el jamón ibérico.
Situado junto a la Plaza Mayor, Succo es una de las grandes referencias gastronómicas de la ciudad. Su cocina de autor combina producto de proximidad y creatividad en platos como el risotto de boletus con lascas de ibérico, el tataki de presa o el timbal de cordero con cremoso de batata. El local tiene una decoración moderna y acogedora, con un servicio atento y profesional. Ideal para una cena especial o una comida con sabor a vanguardia extremeña.
Una taberna contemporánea con mucho estilo. Su carta se basa en raciones para compartir, platos de inspiración extremeña con toques actuales y una cuidada selección de vinos. Entre sus propuestas destacan la patatera con miel de la Sierra de Gata, la tabla de quesos regionales o las croquetas caseras de jamón ibérico. Ambiente informal pero con mimo en cada detalle. Muy popular entre locales.
Un restaurante de toda la vida, donde manda el sabor y la tradición. Con un comedor amplio y trato familiar, es perfecto para probar guisos caseros, carnes de la zona y postres elaborados al estilo clásico. Muy recomendable su menú del día, con platos abundantes y bien elaborados a buen precio. Una apuesta segura para quienes buscan cocina honesta y sin pretensiones.
Carnes a la brasa, platos contundentes y excelente relación calidad-precio. El Fogón de Manu es famoso por sus cortes de ternera de la Sierra de Gata, el secreto ibérico y sus hamburguesas caseras. Dispone de una terraza acogedora y una carta variada que incluye opciones para todos los gustos. Atención cercana y cocina generosa. Ideal para ir en familia o con amigos.
Plasencia cuenta con diversas opciones para estacionar tu vehículo, desde aparcamientos gratuitos en zonas periféricas hasta parkings de pago en el centro. A continuación, se detallan algunas de las principales alternativas:
Aunque Plasencia no cuenta con aeropuerto ni trenes de alta velocidad directos, está bien conectada por carretera y ofrece enlaces ferroviarios y de autobús desde ciudades como Madrid, Sevilla, Valencia, Barcelona o Zaragoza.
Desde la capital, la ruta más habitual es tomar la A-5 (Autovía del Suroeste) en dirección suroeste hasta Navalmoral de la Mata. Desde allí, se enlaza con la autovía EX-A1 dirección Plasencia. El trayecto es cómodo, bien señalizado y con buenos servicios en ruta. La distancia aproximada es de 250 km y el tiempo de conducción ronda las 2 horas y 45 minutos, dependiendo del tráfico.
La opción más rápida es tomar la AP-2 hasta Zaragoza, luego continuar por la A-2 hasta Madrid. Una vez en la capital, enlazar con la A-5 hasta Navalmoral y luego la EX-A1. El recorrido total suma unos 850 km, con un tiempo estimado de 8 horas y 30 minutos. Se recomienda dividir el viaje en dos etapas si no se dispone de relevo al volante.
Existen dos rutas principales. La más directa va por la A-3 hasta Madrid y luego A-5 y EX-A1 hacia Plasencia (unos 540 km y 6 horas). La alternativa pasa por la A-31 hacia Albacete, enlazando con la A-43 y luego la A-5. Esta segunda opción es menos transitada, pero más larga en kilómetros.
Desde Sevilla se toma la A-66 (Ruta de la Plata) en dirección norte hasta Cáceres. Desde allí, continuar por la A-66 hasta llegar a Plasencia. Son unos 270 km que se recorren en unas 2 horas y 45 minutos. Es una vía cómoda, escénica y en buen estado, ideal para disfrutar del paisaje extremeño.
La mejor ruta consiste en tomar la A-2 hasta Madrid, circunvalar la capital por la M-40 o M-50 y luego continuar por la A-5 hasta Navalmoral de la Mata, para tomar allí la EX-A1. La distancia es de aproximadamente 570 km, y el tiempo estimado de viaje es de 6 horas.
Desde la estación de Madrid-Chamartín-Clara Campoamor salen trenes directos hacia Plasencia. La mayoría son servicios Media Distancia o Intercity, con una duración de entre 3 horas y 30 minutos y 4 horas, dependiendo del tipo de tren. Es una opción relajada y económica para quienes no desean conducir.
No existen trenes directos. Se recomienda tomar un AVE hasta Madrid (2 h 30 min) y luego enlazar con un Media Distancia o Intercity hacia Plasencia. El trayecto completo suma unas 6 a 7 horas, dependiendo de los tiempos de conexión.
Lo habitual es tomar un AVE Valencia–Madrid (1 h 50 min) y enlazar con un tren Media Distancia desde Chamartín. Existen combinaciones prácticas a lo largo del día. El trayecto completo suele durar unas 5 horas y 30 minutos.
Desde Sevilla, se puede llegar a Plasencia en tren mediante dos opciones:
Media Distancia Sevilla–Mérida, y desde Mérida a Plasencia en otro Media Distancia. La duración total ronda las 4 horas y 30 minutos.
Alternativamente, se puede viajar en AVE hasta Madrid y luego tomar el tren hacia Plasencia (más largo en kilómetros, pero más cómodo).
Toma un AVE Zaragoza–Madrid (1 h 20 min) y desde Chamartín, un Media Distancia hasta Plasencia. El viaje completo dura alrededor de 5 a 6 horas. Las frecuencias del AVE Zaragoza–Madrid permiten combinaciones bastante fluidas.
La empresa CEVESA ofrece rutas directas desde la Estación Sur de Autobuses (Méndez Álvaro). Hay salidas diarias y el trayecto dura entre 3 horas y 45 minutos y 4 horas, según la hora del día y el tráfico. Es una opción cómoda y asequible.
Actualmente no hay líneas directas. Se debe viajar primero a Madrid (unas 7 horas con ALSA o Avanza), y desde allí hacer conexión a Plasencia (otras 4 horas aproximadamente). El trayecto completo suma unas 11 a 12 horas, por lo que conviene valorar el tren o el coche como alternativas.
Tampoco existen rutas directas. Lo habitual es viajar en autobús hasta Madrid (unas 4 horas) y enlazar con otro a Plasencia. El trayecto completo puede durar entre 8 y 9 horas, según las conexiones.
Compañías como ALSA y otras líneas regionales ofrecen trayectos directos desde Sevilla a Plasencia, o bien con breve escala en Mérida. El viaje dura unas 4 horas, y hay varias salidas diarias, especialmente los fines de semana.
No hay rutas directas. La opción más habitual es viajar en autobús hasta Madrid (unas 4 horas) y, desde allí, enlazar con Plasencia. El tiempo total del viaje ronda las 8 horas, dependiendo del tiempo de espera entre ambos trayectos.
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